Enfermedad cardiovascular en Chile:
Un enemigo que se puede detener
En los últimos años ha habido numerosos avances cardiológicos a todo nivel para combatir esta patología. Pero los especialistas recalcan la necesidad de cuidar los factores de riesgo como el consumo de tabaco, el sedentarismo, la alimentación, la obesidad y el estrés, entre otros.
En Chile, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte, llegando a más de 30% los fallecidos por esta causa cada año, y cobrando diariamente la vida de 70 personas, según el INE.
Colesterol y su pandilla
Los factores que inciden en un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, debido a su influencia en la presión de las arterias, son la edad (personas mayores de 65 años), colesterol alto, hipertensión arterial, tabaquismo, obesidad, diabetes, e inactividad física.
Tanto al corazón como al cerebro
Las cardiopatías coronarias se clasifican en dos tipos: aquellas que afectan a los vasos sanguíneos que alimentan al corazón, y las enfermedades cerebrovasculares, que inciden en los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. El problema más frecuente y peligroso es la acumulación de grasa en las paredes de estos conductos, por lo que los principales factores de riesgo modificables son una dieta rica en grasas saturadas, sedentarismo y tabaquismo.
Alentadores avances
El doctor José Luis Vukasovic, presidente de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, comenta que los avances cardiológicos en los últimos años han sido a todo nivel. «En el diagnóstico se han desarrollado biomarcadores del tipo péptidos natriuréticos, proteína C reactiva ultrasensible, que nos permiten de manera expedita, con una toma de sangre, inferir procesos patológicos que están presentes a nivel del corazón o de nuestros vasos sanguíneos».
Adelantos en estudio de imagenes
En las imágenes también ha existido un gran avance en la identificación de nuestro riesgo coronario, a través de la visualización con escáner de reciente generación de las calcificaciones y características de los vasos coronarios.
«De igual manera la resonancia nuclear magnética ha entregado información de alto valor en el conocimiento de enfermedades cardíacas (miocardiopatías) que afectan directamente nuestro corazón».
Formación de trombos obstructivos de las arterias
Agrega el presidente de Sochicar que «en el tratamiento se ha avanzado en el desarrollo de fármacos de alta eficiencia en el control de colesterol e hipertensión elevados. Del mismo modo ha existido un crecimiento sostenido en el conocimiento e incorporación en la cardiología clínica de antiagregantes plaquetarios de mayor efectividad que el ácido acetil salicílico. A su vez, acaba de ser incorporado en nuestro país un nuevo tipo de fármaco anticoagulante que previene la formación de trombos (con potencial de embolias cerebrales) y que tienen la gran ventaja de que, a diferencia de los anteriores, no requieren de un control sanguíneo mensual para evaluar si la dosis se encuentra en rango de tratamiento adecuado».
Si es que hay que operar..
En el manejo de los pacientes con enfermedad coronaria con infarto al miocardio o con cuadros de estenosis coronarias estables ha existido un progresivo desarrollo de nuevas generaciones de dispositivos (STENT) que se dejan implantados dentro de los vasos para evitar su oclusión, los que cuentan cada vez con una mayor durabilidad.
No todo es infarto..
«En el campo arrítmico, se ha continuado el avance en el control de arritmias de alta prevalencia como lo es la fibrilación auricular con intervenciones que por medio de aplicación de radio frecuencia en puntos específicos del corazón (aurícula) resuelven la patología arrítmica de manera definitiva. Igualmente los marcapasos han tenido un poderoso desarrollo destacando sus nuevas aplicaciones como lo es el mejorar la sincronía cardíaca en pacientes con insuficiencia cardíaca y con ello su capacidad de realizar ejercicio y sobrevida.
Enemigo silencioso
Lamentablemente, las enfermedades cardiovasculares no presentan síntomas, y se manifiestan a través de un infarto al corazón o al cerebro, cuando las opciones de tratamiento y mejoría son mínimas; pero mientras más pronto se acuda a un centro médico luego de un evento, más posibilidades hay de sobrevivir.
Aquellas personas que presentan factores de riesgo o tendencias hereditarias deben estar atentas a los avisos sobre un posible ataque al corazón, que en caso de un infarto al miocardio son el dolor o molestias en el pecho, brazos, hombro izquierdo, mandíbula y espalda. Frente a un ataque al cerebro se pierde la fuerza muscular en las piernas, cara o brazos, junto a una dificultad para caminar, hablar o entender lo que dicen los demás.
La OMS, además, asegura que el 80% de las muertes prematuras por estas enfermedades cardiovasculares podrían evitarse con un simple tratamiento que incluye una dieta saludable, rica en frutas y verduras, disminuyendo las grasas saturadas, el sodio y el consumo de alcohol; abandonar el hábito de fumar; y realizar actividad física constante. Estas mejoras en los hábitos de vida podrían disminuir en un 50% la posibilidad de sufrir problemas cardíacos.
Estas enfermedades afectan por igual a hombres y mujeres, pero existen ciertos puntos que los diferencian ante esta enfermedad.
Las mujeres tienen infartos 10 años más tarde que los hombres; ellos en promedio se infartan a los 60 años, en cambio ellas lo hacen a los 70.
Además, son más graves por lo complejo que es sufrir un infarto a edad más avanzada. Un dato importante es que el 50% de la población femenina fallecerá por enfermedad cardiovascular, en comparación al 4% que podría morir de cáncer mamario.
En Chile, más de la mitad de los adultos presenta dos o más factores de riesgo cardiovascular. Se estima que la prevalencia de hipertensión es cercana al 26%, mientras que la del colesterol total elevado alcanza al 63% de la población mayor de 17 años.